
La
internacionalidad
"Confío Jeunesse Lumière a... ¡Jeunesse Lumière!"
Estas fueron las palabras vibrantes y un poco sorprendentes que surgieron de los labios de Monseñor Abelé durante la Eucaristía inaugural de Jeunesse Lumière el 30 de septiembre de 1984.
El ministerio de los mayores es una especifidad de Jeunesse Lumière: las otras escuelas de evangelización se apoyan generalmente en un equipo experimentado de animadores permanentes o en una comunidad. JL se arriesga a otorgar su confianza a simples jóvenes recién salidos del año anterior, contando simplemente con su motivación y la indefectible gracia de Dios.
El hermano mayor recibe una formación pedagógica y pastoral propia. Transmite a los nuevos que llegan el espíritu de la escuela en toda su belleza e integridad y asumen un ministerio al servicio de la escuela.
Formar responsables...
Ser hermano mayor permite vivir una experiencia única de responsabilidad:
En el ámbito pastoral:
Los mayores desarrollan por la experiencia un sentido pastoral según el Evangelio. Velan a la armonía del conjunto y al bien de cada uno; ayudados regularmente por tiempos de formación y de relectura. Escucha, bondad, autoridad vivida como un servicio, don de sí, sentido del compromiso, preocupación por despertar los dones y carismas de cada uno, respeto de la fragilidad, paciencia, coherencia entre los actos y las palabras... Son tantas exigencias que, vividas en el día a día, contribuyen a una verdadera maduración humana y espiritual.
En la organización práctica y material:
Cada mayor es autónomo en su servicio y asegura la organización: planning, organización interna, gestión de stocks, relaciones exteriores, acondicionamiento del lugar, etc... Esto en colaboración con el conjunto del resto de servicios.
"¡La Iglesia os hace confianza, cuenta con vosotros! ¡La Iglesia tiene necesidad de vuestro entusiasmo y de vuestra creatividad!"
JuanPablo II
La transmisión del carisma de la escuela es un aspecto fundamental del segundo año en Jeunesse Lumière. Saber transmitir los valores que nos son esenciales, vivirlo uno mismo para dar ganas de vivirlo, compartirlos a través de una palabra estructurante siempre respetando la libertad del otro: un desafío urgente del cual nuestra sociedad actual no puede prescindir.
El principio de subsidiariedad rige la organización del conjunto. Cada uno ejerce una plena responsabilidad, tanto en la organización como en las decisiones, desde el ministerio que se le ha confiado para el año.
"La novedad debe anclarse en la tradición"
Benedicto XVI

Desde hace más de 30 años, Jeunesse Lumière reposa sobre este doble equilibrio entre tradición y novedad.
La transmisión del carisma de la escuela se transmite de año en año a través de los hermanos mayores, en particular a través de su vida y su ejemplo. Diferentes textos de referencia expresan esta continuidad del carisma: el Libro de vida, entregado a cada nueva promoción a principio de año por nuestro obispo durante la liturgia de apertura, y "Servir en JL": carta específicamente destinada a los mayores en la cual son desarrollados los grandes principios de pedagogía y pastoral propios de la escuela.
Un impulso nuevo es dado cada año por las nuevas fraternidades de hermanos mayores. Durante un retiro en Fontchaude, lugar de fundación de JL, los nuevos hermanos mayores releen el año anterior, construyen juntos el nuevo, estableciendo los ajustes, modificaciones, ideas nuevas que surgen de la experiencia pasada. Nos apoyamos en el pasado para construir el futuro.
